La cabalá es un concepto complejo que se puede definir cómo aquello que se percibe, cómo todo lo que no se puede conocer mediante la ciencia, o mediante una búsqueda lógica. Comprende un tipo de conocimiento que se ha transmitido desde la antigüedad, desde los maestros a los discípulos, desde el principio de los tiempos. Esta disciplina despierta el conocimiento que tenemos por saber el origen y la esencia de todo lo existente.
¿Cómo podemos explicar la Cabalá?
Desde el momento en el que nacemos, nuestros sentidos se empiezan a desarrollar y se encuentran con la corteza exterior del planeta. Utilizamos el sentido del tacto para sentir la tierra o el agua, el olfato para sentir los olores que nos llegan a través del viento, la vista para disfrutar del paisaje, el oído para escuchar todos los sonidos de la naturaleza, el gusto para apreciar los sabores del mundo.
Cómo científicos que somos, empezamos a documentar todo esto, además de las sensaciones que experimentamos.
Sin embargo, por mucho que lleguemos a contestar a ciertas preguntas, hay algunas que parecen no llegar a ninguna parte mediante el método científico:
-¿Qué es realmente la materia?
-¿Qué es la energía?
-¿Qué es el espacio?
-¿Cómo es posible que exista algo en absoluto?
-¿Cómo llegó a existir todo?
Conseguir explicar nuestro mundo sin prestar atención a esta profundidad interna es imposible: sería como intentar explicar cómo funciona un ordenador con tan sólo describir las imágenes que se proyectan en el ordenador. Por ejemplo: ¿Los iconos que pulsamos no tienen a sus espaldas un extenso código de explicación, y este no está conectado, a su vez, al hardware del equipo?
Según nos cuenta la Cabalá, esta está compuesta por una serie de verdades que fueron transmitidas a Adán en su momento. Lo que su mente recibió no ha sido recibido por ninguna mente jamás. Sin embargo, si que fue capaz de transmitir una parte de ese conocimiento a otras almas, cómo Janoj o Matusalén. Ellos, a su vez, enseñaron a Noé, quién enseñaría a su hijo Abraham, quien enseñaría a Isaac, este a Jacob, y así progresivamente.
Sin embargo, se piensa que el comiendo de todo, la fuente esencial de la Cabalá, se ubica en el Monte Sinaní; aquí se produjo una experiencia que dejo una marca imborrable en toda la psique judía, cambiando nuestra forma de pensar desde ese momento.